Skip to main content

La Pascua es la solemnidad central de la fe cristiana. En ella celebramos un acontecimiento que cambió para siempre la historia de la humanidad: la resurrección de Jesucristo.

Tras morir en la cruz, el cuerpo de Jesús fue depositado en un sepulcro. Allí permaneció hasta el tercer día, cuando, por el poder de Dios, su cuerpo y su espíritu se unieron de nuevo, venciendo para siempre el poder de la muerte.

La resurrección no fue simbólica ni figurada. Fue real y literal. Jesucristo volvió a la vida con un cuerpo glorificado, perfecto, de carne y huesos. Esta verdad es el corazón del mensaje cristiano: Jesús vive.

Los cristianos de todas las confesiones, afirmamos y testificamos que Jesucristo resucitó, y que gracias a Él, también nosotros estamos llamados a la vida eterna.

La Pascua es, por tanto, una celebración de esperanza, de renovación y de victoria sobre la muerte. En ella reconocemos el amor infinito de Dios que, a través de su Hijo, nos abrió las puertas del cielo.

Por Tu amor que no se agota,
por Tu paz y Tu Luz,
por la vida que brota…
¡Aleluya, Rey Jesús!

Utilizamos los cookies para ofrecerte en un futuro una mejor experiencia como visitante.   
Privacidad