Las Constituciones son para una Congregación religiosa equivalentes a su libro de vida, el texto que marca las pautas para vivir de forma concreta un carisma.
Los fundadores, reciben del Espíritu Santo el carisma, la llamada que Dios les hace, para vivir el seguimiento de Cristo de una determinada manera, poniendo mayor atención en aquello para lo que son llamados. Esta forma de vida se traduce después para los miembros de esa Congregación en su Regla o Constituciones. La Iglesia es la encargada de aprobar la nueva forma de vida consagrada y las sucesivas renovaciones que el Instituto tenga que ir haciendo para adaptarse a los tiempos.
Para las Esclavas de la Eucaristía, las primeras Constituciones fueron aprobadas un 10 de enero del año 1949, hace 66 años. Después de aquella aprobación han sufrido dos renovaciones, la última hace poco más de dos años.
Con motivo de este nuevo aniversario renovamos nuestra consagración con las palabras que las Constituciones nos indican : “Acoge, Dios de bondad, la ofrenda de mi vida que, asociada al don que Jesucristo hace de sí mismo en la Eucaristía, quiere ser transformada en oblación total y permanente al servicio del reino”.
Que Él nos conceda, ser fieles para vivir cada día este compromiso.