Sor María Alice nació el 04/09/1939, en la Parroquia de Barroselas, Concejo de Viana do Castelo, Distrito y Diócesis de Vina do Castelo. Fue bautizada en la Parroquia de Barroselas.
Ingresó en la Comunidad de Braga el 29/06/1963 y allí realizó la formación del postulantado y noviciado. Realizó la Primera Profesión Religiosa el 31/05/1967 y la Profesión Perpetua el 31/05/1972, en Angola-Kalulu.
Veinticinco años después de la Primera Profesión, celebró las Bodas de Plata el 15/08/1992, en Braga.
Sor Maria Alice, a nivel académico, tenía la formación básica. Hizo cursos de catequesis. Asistió al Curso Teológico-Pastoral en la Escuela de laicos, en la Iglesia de San Juan de Dios, en Lisboa, y a nivel profesional tenía el diploma de corte y costura.
En septiembre de 1971, acompañada por sor Eduarda Sá y Celina Lopes, partió hacia Angola-Kalulu, una nueva fundación, donde continuó su labor como misionera. Debido a la guerra, en 1975, regresó a Portugal. Vivió algún tiempo en la Comunidad de Viana do Alentejo, donde dio catequesis en la parroquia y acompañó a los niños del Centro de tiempos libres. Vivió en Lisboa desde finales de la década de 1970 hasta 2017, donde comenzó a trabajar en la Capilla como sacristana, en la costura, con niños, dando su apoyo en el comedor. También dedicó algunas de sus horas a cuidar de la huerta y del jardín, sus actividades favoritas. En 2017 Sor María Alicia Salgueiro fue enviada a la Casa Formativa en Fátima. Fue importante su contribución en la formación de postulantes y novicias en todo lo que era práctico y básico del día a día. Fue un testimonio vivo y notable para tantas Hermanas y jóvenes en formación que la conocieron y tuvieron la gracia de vivir con ella.
Sor María Alice, vivó con pasión su consagración religiosa y llevó a cabo su misión con responsabilidad. Merece toda nuestra gratitud por tanta generosidad y disponibilidad. Hizo los velos para las Hermanas con gran placer. En las comunidades por las que pasó, realizó las tareas más sencillas y humildes con tal alegría y entrega que, a las que convivimos con ella, nos mostró que no hay tarea menos digna; que todo vale la pena cuando la vida está llena de Cristo. Estuvo siempre dispuesta para acoger y servir sin mirar a quién. Buscaba formas ingeniosas para crear buen ambiente en la comunidad. Era una mujer cariñosa, alegre, festiva, sacrificada, servicial, atenta a las necesidades de los demás. Supo vivir la Eucaristía de una manera muy especial: puso toda su dedicación en la preparación y limpieza de los objetos litúrgicos, en la estima y el respeto a los sacerdotes. ¡Era una mujer de Dios!
Sor María Alice da Rocha Salgueiro murió el 17 de febrero de 2022, en Fátima, en la comunidad Formativa-Casa Nuestra Señora de la Paz.
Algunas novicias dan testimonio de que, en la víspera de su muerte dejó unas palabras de testimonio, instándolas a estar atentas a las pequeñas cosas como el cuidado de las plantas, el jardín, la lavadora, la limpieza y el planchado.
Las Hermanas de la comunidad testificaron que la última palabra pronunciada por la hermana María Alice, esa noche, sobre un pasaje de la lectio divina del evangelio de Lc. 6: 27-38, «No juzguéis«. «¡La hermana Alice tuvo una muerte santa! «
Querida Sor María Alice, ¡nostalgia eterna!
¡Que el Dios de la Vida, de la Ternura y de la Fiesta te acoja en sus brazos como Padre misericordioso!
Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para ti la Luz perpetua. ¡Que tu alma descanse en paz! ¡Amén!