
En este nuevo capítulo, seguimos rindiendo homenaje a nuestras hermanas del pasado.
MADRE EUCARISTÍA
La Madre Eucaristía tuvo una destacada presencia en Portugal, donde acompañó de cerca a la Madre Fundadora y formó parte del primer grupo de la Congregación. Su vida culminó en España, dejando un legado significativo. A través de la correspondencia intercambiada con la Madre Trinidad, se revela su carácter cariñoso, generoso y aplicado, así como su notable humildad, sacrificio y fervor en la entrega a la voluntad del Señor.
Durante los numerosos viajes de la Fundadora, la Madre Eucaristía siempre fue una compañera deseada, aunque, en ocasiones, la distancia lo impidió. Se destacó como una de las hermanas encargadas de redactar las crónicas de la Congregación, y su cercanía con la Madre Trinidad la convirtió en una figura de confianza. En una carta dirigida a Sor Eucaristía desde Lisboa, el 1 de agosto de 1938, la Madre Trinidad expresó: “…Yo querría me ayudase vuestra caridad en esto, ya que yo nada oculto a vuestra caridad y cuento siempre con ella para todo…”.
Además, las cartas de la Madre Trinidad evidencian las habilidades de la Madre Eucaristía en el ámbito de la costura, donde realizó trabajos de gran belleza, lo que resalta su versatilidad y dedicación en el servicio a la Congregación.
QUERIDA MADRE EUCARISTÍA, PIDE AL SEÑOR POR NOSOTROS.
HERMANA ÂNGELA RODRIGUES
Sor Ángela es una religiosa de los inicios de la Congregación y de la vida de la Madre Fundadora. Como una de las hermanas más jóvenes y pioneras de la comunidad, la Madre Trinidad la describía con cariño como una “almita tan bonica”. Aunque la información sobre su vida es limitada, sabemos que era un “alma pura”, dedicada plenamente a la voluntad del Señor.
QUERIDA HERMANA ÂNGELA, ¡PIDE AL SEÑOR POR NOSOTROS!


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