Desde hace algún tiempo venimos reflexionando sobre un signo que nos identifique como miembros de la Congregación y que resuma nuestra espiritualidad. Parece que la siembra está dando sus frutos y ya os podemos presentar el nuevo distintivo para las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, que todas llevaremos.
Un poco de historia:
El distintivo, es algo distinto al escudo, un signo de que pertenecemos a Dios, en nuestra Congregación. Es por eso que se enfrenta al reto conceptual de juntar en sí, todos los elementos esenciales de nuestra espiritualidad.
Estos elementos son:
- Eucaristía,centro al que tiende toda nuestra vida
- María, que siempre estuvo presente en la vida de la Madre Trinidad, en su advocación de La Virgen de los Dolores. Aunque la faceta de María con que más nos identificamos es como “Madre de Dios”.
- Raíces franciscanas, innegables, imprimiendo carácter en nuestra realidad carismática. El grito de San francisco “El amor no es amado” está en el origen de nuestra fundación.
- Voto de adoración, conocido como cuarto voto, por el que nos comprometemos a nuestro espacio diario y personal ante Jesús Eucaristía.
Todo un programa, teniendo en cuenta que, al llevarlo sobre nuestros pechos, es compendio de aquello que nos une como hermanas congregadas para educar y trasmitir valores al estilo de Madre Trinidad.
Rescatando, reviviendo: hemos querido rescatar dos elementos gráficos de nuestros primeros distintivos.
Cruz: La Congregación, desde sus inicios, llevó un crucifico sobre el hábito. Quizás por seguir aquella tradición de «Capuchinas» que tan arraigada llevamos en nuestro ADN institucional. Ellas siempre lo llevaron. Si revisamos las fotos antiguas vemos que Madre Trinidad lo llevó. Nos parecía un buen elemento sobre el que grabar el distintivo.
Corazón de María: ese corazón traspasado por la espada de dolor, ese corazón que Madre Trinidad mirará tantas veces, y que reconocerá como el Corazón de su verdadera Madre del Cielo. Con el tiempo, se cambió el primer distintivo (el Crucifijo) por un Corazón de María en dorado. Sobre el Corazón, la Eucaristía, (siempre será ella la protagonista en todo). En el sepulcro de nuestra fundadora se la aprecia con este distintivo.
La misión era juntarlos en uno solo y recuperar ambos elementos en un signo sencillo.
Significado: el distintivo actual que os presentamos contiene los elementos esenciales de nuestra espiritualidad eucarística, mariana y franciscana.
Eucaristía: es el centro de nuestro carisma, el sueño de Madre Trinidad, sueño que Dios cumplió y concretó en nuestra Congregación. Los elementos están conectados con Ella, fuente y centro de nuestra vida. “Sin la Eucaristía no tendría razón de ser nuestro Instituto” (M.Trinidad).
Corazón traspasado de María: que participa en el mismo fuego que abrasa el Corazón Eucarístico de Jesús: el amor a la humanidad, compromiso con la salvación de los hombres.
Raíces franciscanas: simbolizadas por el conocido cordón franciscano y sus tres nudos representativos de los votos de pobreza, castidad y obediencia.
Voto de adoración: al cordón franciscano, sumamos un cuarto nudo que representa el cuarto voto que hacemos al profesar, nuestro «Voto de Adoración».