Así escribió Madre Trinidad recordando el día 11 de abril de 1925, día de la fundación de nuestra congregación, las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios:
“Cuando tantas calamidades nos anunciaban parecía veíamos a la Santísima Virgen de los Dolores, nuestra dulcísima y adorada madre, que abriendo su manto nos acogía a todas diciéndonos: “No temáis, yo seré vuestra madre y amparo”. ¡Qué valor y ánimos nos daba esta fe en nuestras almas, dispuestas a mil martirios, por seguir la fuerte inspiración de la gracia!”.
Si atendemos bien a estas palabras, podemos comprender mejor por qué estamos celebrando las Bodas de Oro de nuestro colegio, el “Regina Pacis”: Porque las hijas de Madre Trinidad heredamos su deseo de ser fieles a cada llamada del Señor, confiadas siempre en el amor infinito de Jesús Eucaristía y la protección de María, nuestra madre y amparo.
Como dice una canción popular: ¡Bendita sea la rama que al tronco sale! El Señor nos quiso aquí, a muchos kilómetros de la primera fundación, en esta entrañable tierra peruana, y un puñado de hermanas valientes, como Madre Trinidad, pusieron alma, vida y corazón para comenzar a escribir una gran historia.
Todas las generaciones reginapacistas, pasadas y presentes, nos unimos en un inmenso gracias al Señor y a su Madre por estos 50 años de evangelización en la labor educativa, por los frutos maduros de esta ya larga siembra y por todas las personas que hicieron y hacen posible este hermoso milagro cotidiano.